jueves, 29 de noviembre de 2012

Alimentación funcional (de origen vegetal)

Con esta entrada quiero inaugurar el blog de Balendu.es, un blog que pretende dar cabida a todo un mundo de posibilidades naturales para sentirnos mejor. Desde las terapias naturales, la alimentación, complementos que ayudan a nuestro organismo o hábitos saludables.

En primer lugar escribiré sobre los alimentos funcionales. Históricamente el objetivo de los nutricionistas ha sido elaborar una dieta equilibrada en cuestiones de energía y de nutrientes aportados. Pero la ciencia no se ha quedado ahí, y ha buscado nuevos retos buscando alimentos que permitan asegurar nuestro estado de salud y reducir el riesgo de padecer ciertas enfermedades. Vamos con algunos de estos alimentos:

Avena y beta-glucanos: se considera que reducen el colesterol total y colesterol LDL, con lo que disminuyen los riesgos de enfermedades cardiovasculares.

Soja e isoflavonas: las isoflavonas tienen una estructura química muy similar a las hormonas sexuales femeninas, también conocidas como estrógenos. Esto explicaría, según algunos autores, el efecto anticancerígeno de tipo femenino, aquellos dependientes de estrógenos (mama, ovario, y útero). Además alivian los síntomas menopáusicos.

Semillas de lino: alto contenido en ácido alfa-linolénico y omega-3. Tienen un ligera actividad estrogénica para prevenir cánceres dependientes de estrógenes, tal como la soja y en otros como pulmón y cólon.

Tomate: por su contenido en licopeno se le considera anticancerígeno debido a su contenido antioxidante, especialmente en el cáncer de próstata. Además se considera preventivo en otros tipos de cáncer, como el de mama, digestivos, útero, vejiga y piel.

Ajo: contiene aliína, y parece reducir el riesgo de cáncer. Se le atribuye efecto reductor del colesterol y potenciador del sistema inmune, aunque no hay suficientes experimentos para confirmarlo.



Brócoli (y en menor medida la col, la coliflor y la col de Bruselas): se han hecho experimentos asociando su consumo con un menor riesgo de cáncer, al parecer por sus altos contenidos en glucosinolatos, en especial del cáncer de mama.

Cítricos: ricos en limoneno que parece tener efecto químico preventivo del cáncer.

Té: antioxidante, en especial el té blanco, lo que parece justificar su carácter preventivo del cáncer y de enfermedades cardiovasculares.

Vino y uva: especialmente en vino tinto tempranillo, por prevenir la enfermedad cardiovascular e inhibidor de la carcinogénesis in vivo.

Aceitunas y aceite de oliva: contienen ácido oleico, haciendo las células menos vulnerables a la oxidación.

Remolachas y espárragos: contienen fructoolisacáridos no digeribles, son fermentados por la flora intestinal considerándose como prebióticos.

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